La voz de Arep

Aquí encontraréis las historias de los usuarios de Arep, historias de vida, de esfuerzo, de superación. Historias cercanas, que nos ayudan a comprender mejor la realidad de la personas con enfermedad mental. Gracias a todos!!

Olga Asensio

«Mi vida hasta ahora era un partido, en el que yo estaba en el lado de arriba de una grada, mi vida se jugaba abajo, y yo estaba con una bolsa de palomitas viéndolo desde arriba como jugaba sin participar. Ahora estoy en el banquillo y de vez en cuando van cambiando de jugadores (de yo) y marcan algún gol.»

Afirma Olga, una de las mujeres vinculadas a uno de los servicios de vivienda de la Asociación Arep.

La voz de Olga, una persona con problemática derivada de la salud mental, acerca la realidad de muchas mujeres que sufren doble discriminación ya menudo no tienen voz ni derecho a vivir la vida como les gustaría.

Es necesario escuchar estas voces y sus historias. Descubre el camino de Olga y su visión sobre Arep y sus expectativas y sueños.

¿Cómo conociste el Arep?

Por el hospital de día, cuando la relación con mi hermana empezaba a estar tensa, en el hospital de día lo notaron porque no funcionaba como funcionaba normal. Hablé con el asistente social y me recomendó que la relación era muy tóxica, y que si quería salir hacia delante y que realmente se notase la evolución, no podía continuar con ese ritmo. Entre el sufrimiento que si me jodían fuera o no, el de estar vigilada constantemente, el hecho de que se estuviera cuestionando lo que hacía o lo que dejaba de hacer, que me estuvieran juzgando constantemente… pero yo le dije. sé se lo puedo hacer.

¿Cómo lo hago? Entonces me recomendó los pisos, de las asociaciones, yo no sabía cómo funcionaba ni lo que era. Me miró un par de opciones y una de las primeras fue Arep, le dieron día y hora para visitar y me dijo que tenemos hora con Marga.

¿Cuánto tiempo llevas en Arep?

Entré el 1 de marzo de 2016. Fue muy rápido porque la entrevista fue en enero.

Se me propuso que en ese momento no había plaza, pero casualmente quedó una libre. Vine con Carol a ver el piso, y le conté que yo tenía un gato y que no lo quería dejar.. yo lo tenía desde septiembre, el pobre lo maltrataron y me dijeron.. venga va… normalmente no dejaban tener mascotas pero hicieron una excepción.

¿Qué supuso para ti entrar a vivir en el piso?

Primero fue un traslado muy grande. A nivel personal el piso de Arep ha supuesto tener un espacio propio, poder decidir cómo quiero las cosas, o el hecho de decidir dónde quiero colgar un cuadro.

¿Si tuvieras que contarle a alguien qué es un piso con supervisión?

Esto sí que es complicado.

El piso supone una autonomía de saber hacia dónde quieres ir, o si no podías tener tu propio espacio.

Realmente para mí la supervisión no supone un gran esfuerzo, sí que hay cosas que no entiendes muy bien el porqué, el hecho de las medicaciones cuando siempre lo he hecho a mi modo.. pero una vez que ya las tienes asumidas pues ya está.

¿Qué has hecho desde que vives en el piso de Arep? ¿Cómo ha cambiado tu vida?

He hecho cosas que nunca he pensado que empezaría a hacer. Una de las cosas que he reanudado han sido los estudios.

¿Tienes algún sueño?

Ya se que este piso no es eterno, en algún momento tienes la capacidad de poder enfrentarte a un piso tú solo sin supervisión y uno de esos sueños es poder vivir por mí sola sin esa supervisión. Otro sueño sería poder sacarme el carné de moto.

Si consigo aprobar y consigo sacarme el superior conseguir entrar en un puesto tipo tanatorio. Aunque lo que veo más complicado es encontrar a alguien que me aguante… (…).

¿Cuál es tu mayor calidad?

Soy muy tozuda.

¿La resiliencia crees que tiene algo que ver?

Podría ser, «lo que no te mata te hace más fuerte». (…) Encontré en el mundo de los cómics y de los libros, por eso tengo tantos, un mundo ajeno, yo me metía dentro y yo dejaba de existir y mi exterior también. Antes leía a los cómics para desconectar del exterior, porque mi cerebro no se vuelves loco del todo, por estar centrada en algo.

Mohamed Oulad

Mohamed empezó en Arep como voluntario, además, ahora trabaja de transportista en el CET de la entidad. En esta entrevista nos explica su experiencia como voluntario.

¿Cuál es tu mejor cualidad para ser voluntario?

Según dice mucha gente, mi mayor cualidad es escuchar a la gente, la paciencia que tengo. A mi me gusta mucho conversar con las personas, escuchar, dar mi opinión.. Todos los miembros de Arep me dicen que lo hago muy bien, que soy buen trabajador.

¿Cómo llegaste a ser voluntario de Arep?

Pasé una época muy mala, no tenía ilusión y me sentía muy mal, pero empecé a pensar que podía hacer de voluntario, porqué yo lo que quería era trabajar, aunque no me pagasen, es decir, ocupar mi tiempo, hablar con personas y sentirme útil. Entonces saqué todas las fuerzas que tenía, hablé con la trabajadora social y me dio tres opciones para hacer de voluntario, entre ellas Arep.

Qué es para ti Arep?

Arep es un buen lugar para sentirse arropado, ayudado, entendido, yo a arep le debo muchísimo. Me siento muy a gusto con todo el mundo, es como una familia más. Arep me ha aportado seguridad en mí mismo. Para todo en la vida, no solo en el trabajo, hace que me sienta útil y valorado.

Qué es lo que más valoras de la entidad?

El compromiso con la persona que entra en Arep. Hacen que la persona que entra se sienta a gusto y encuentre lo que más le ayude.

Para mi Arep ha significado un antes y un después en mi vida. Eso lo tengo muy claro, ahora tengo una vitalidad increíble, me siento útil, realizado como persona, seguro de mí mismo.